Ópera, Patrimonio

Temporada de ópera: primeras veces y voces

Si nos remontamos a los inicios del Municipal, podremos entender que se creó con la finalidad de tener un teatro para la capital a la altura de los más imponentes escenarios europeos.

La naciente república quería estar a la vanguardia de los movimientos culturales del mundo y claro, cómo no, si ya se había instalado un gran gusto por las artes escénicas en el país, principalmente por la lírica que venía encantando al público chileno con pequeñas presentaciones en el Teatro Victoria en Valparaíso y las organizadas por la Sociedad Filarmónica de la mano de Isidora Zegers. Es por ello que no ha de extrañar que para la inauguración del Teatro Municipal de Santiago, se escogiera dar cabida a la ópera.

Esta primera temporada se realizó con cierta urgencia, dado que ningún empresario había logrado traer una compañía para la ocasión, así que se solicitó a la que ya estaba dando vueltas entre Valparaíso y Santiago en el Teatro Nacional. Sus principales exponentes eran la gran soprano Sofía Amic-Gazan e Ida Edelvira, sin desconocer al tenor Bastogni.

Litografía de Sofía Amic-Gazan.

Sofía Amic-Gazan, fue la primera cantante en subirse al escenario del Teatro Municipal de Santiago. En esa oportunidad entonó el himno nacional aquel 17 de septiembre de 1857, para luego participar en una presentación de la ópera Ernani, de Giuseppe Verdi. Aquella noche, la voz se apoderó de toda la sala principal, en palabras de Aquinas Ried, gran músico, “era lo mejor que se había escuchado por acá, por la frescura, pureza y calidad del tono, y sobre todo por el trino que nunca he oído nada igual”.

A pesar de pequeños inconvenientes en la noche inaugural, como la lentitud en encender la lámpara principal o los centenares de asistentes atiborrados en el Foyer de Agustinas, el Municipal deslumbró a todos y con ello comenzó lo que sería la Primera Temporada oficial de Ópera.

Entre el 18 y el 21 de julio de 1857, la temporada se desarrolló con diversos espectáculos en versión ópera concierto: Los Puritanos, La Hija del Regimiento, Rigoletto, La Traviata, Nabucco, Lucia di Lamermoor, Macbeth, Trovador y finalmente Gemma de Vergy. Esto generó el puntapié inicial del Teatro Municipal de Santiago y, además, supondría la expectación que año a año se harían los asistentes sobre qué disfrutar, escuchar y quiénes serían los nuevos artistas y voces. Es así como el Municipal se consolidó como la gran casa de ópera de la nación siendo sus temporadas de ópera tan esperadas entre el público.

Temporada inaugural de Ópera del Teatro Municipal de Santiago, 1857. Colección de Programas de Sala, Centro de Documentación de Artes Escénicas.

Casi como una tradición, se instauró la costumbre de escoger espectáculos líricos para nuevas reaperturas. Una de ellas, la primera de un largo etcétera, fue en 1873. Tres años antes, el Municipal sufrió un voraz incendio que consumió gran parte de su estructura, falleciendo en el lugar el tramoya Santiago Quintanilla y el primer mártir de bomberos, Germán Tenderini.

Los trabajos de reconstrucción comenzaron inmediatamente, gracias al apoyo del entonces intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna. Se dio vida a un nuevo teatro, con más prestancia que el anterior, ya que incluyó algunos cambios en su fachada, y fue reinaugurado el 16 de julio de 1873. La Gran Compañía Lírica Italiana presentó la ópera La Fuerza del Destino de Giuseppe Verdi; una elección curiosa y paradójica si pensamos en el título de la obra y el reciente siniestro. Desde entonces, diversos empresarios de la ópera, como la familia Padovani o el señor Renato Salvati, fueron los encargados de traer a Chile a las más grandes voces de aquella época.

Fotografía de la soprano dramática italiana Linda Corsi, que participó en la ópera “La Fuerza del Destino” en 1873. Colección de Fotografías, Centro de Documentación de Artes Escénicas.

Pero esta reapertura no queda sólo ahí, pues en 1906 nuestro país vivió un espantoso terremoto con epicentro en Valparaíso, y Santiago igualmente vivió el movimiento. El centro histórico quedó profundamente afectado en varios de edificios y uno de ellos fue el Municipal de Santiago. Nuevamente este escenario tenía que resurgir.

El arquitecto Emilio Doyere estuvo a cargo de los trabajos de reconstrucción. Se inspiró en la ópera de Burdeos para realizar el nuevo foyer, que recargado en adornos y estatuas era coronado por una gran escalera imperial y doble nivel de balcones. Después de tres años de arduo trabajo, un 31 de agosto de 1909 se reiniciaron las actividades en el Teatro, a cargo de Padovani, quien ofreció una función a beneficio de los damnificados del terremoto. Se cantó el segundo acto de Aída y el último de Tosca. La temporada de ópera se reanudó el día siguiente.

Ilustración de la Revista Zig-Zag sobre la noche inaugural de 1909. Material Visual libro “Teatro Municipal de Santiago, 150 años”. Colección Bibliográfica, Centro de Documentación de Artes Escénicas.

Otra de las tantas primeras veces de la temporada de ópera en el Municipal fue en 2010, nuevamente tras una tragedia: El terremoto del 27F. El Municipal sufrió variados daños, por lo que tuvo que suspender sus espectáculos y actividades en el mítico edificio, trasladándose muchos de ellos al Teatro de Carabineros de Chile.

Después de los arduos trabajos de reconstrucción y restauración arquitectónica, el Municipal estaba listo para recibir al público y para ello organizó una Gala de Reapertura el 4 de agosto de dicho año. En ese espectáculo, si bien se contó con presentaciones de ballet, la ópera fue la principal protagonista, pues en el primer acto se interpretaron arias de óperas de renombre a cargo de grandes figuras de la lírica nacional e internacional: Verónica Villarroel, Luciana D’Intino y Woo-Kyung Kim.

Arco del programa de sala de la Gala de Reapertura, año 2010. Colección de Programas de Sala, Centro de Documentación de Artes Escénicas.

Siguiendo con esta tradición lírica-teatral de las primeras veces y voces es que este año no estamos ajenos; y la vuelta en gloria y majestad tras las cuarentenas pandémicas, van de la mano de la ópera. Este 2022 el Municipal comienza su temporada de ópera con La Bohème, drama lírico de Giacomo Puccini que cuenta las desventuras, amores e ilusiones de cuatro amigos artistas en el París de 1830. Esta versión en ópera-concierto, nos rememora a los inicios del Municipal, pues al ser una versión más simplificada en ámbitos de escena, que cuenta con la Orquesta Filarmónica de Santiago, el Coro del Municipal y los cantantes solistas, nos transporta a los espectáculos líricos de antaño, donde la música, la interpretación y las voces eran las principales protagonistas. Con esta versión podremos hacer un viaje al pasado y quizás, por la cercanía del formato, experimentar lo que podría haber sido la primera Bohème del Municipal en 1898.

 

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