En este mes de marzo y en conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, queremos destacar cuán relevante ha sido el rol de las mujeres en el Teatro Municipal de Santiago. Desde la esfera del desarrollo de las artes y la cultura, los hitos más importantes en nuestra historia republicana, hasta los pequeños detalles simbólicos alrededor de nuestro escenario.
Desde mediados del 1800, las mujeres han tenido una presencia influyente y significativa. Específicamente en las artes y la cultura jugaban un rol fundamental, sobre todo en la lírica. Es más, el gusto de los chilenos por la ópera se lo debemos a una mujer: Isidora Zegers.
Isidora Zegers, fundadora de la Sociedad Filarmónica. Fue la primera directora del Conservatorio Nacional de Música, actual Departamento de Música de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Fotografía CA. 1960
Zegers fue la principal precursora de la lírica en nuestro país y gracias a ella se presentó la primera ópera completa en Chile de gran calidad artística, que tuvo a la destacada cantante italiana Clorinda Pantanelli entre sus artistas. Debido a la gestión de Isidora Zegers, la primera compañía de ópera que se instaló en nuestro país, contaba con grandes voces y las más importantes divas de la lírica, quienes eran las principales figuras del espectáculo de la época.
Retrato de la soprano Clorinda Pantanelli que se encuentra en el Museo Histórico Nacional. Copia fotográfica en el Centro DAE.
La devoción por estas artistas era tal, que jóvenes desenganchaban los coches de las divas y los llevaban a pulso hacia sus domicilios. Por otro lado, las mujeres comenzaron a bautizar a sus hijos con los nombres de las heroínas de las presentaciones. Fue tanto el revuelo alrededor de estas divas, que no nos ha de extrañar que la primera persona que se presentó en el escenario del Teatro Municipal de Santiago fue una mujer.
Sofía Amic-Gazan, quien fue la primera cantante en subirse al Municipal, entonó el himno nacional aquel 17 de septiembre de 1857, para luego participar en una presentación de Ernani de Verdi, en la noche inaugural de nuestro teatro. Amic-Gazan destacaba sobre todas las voces de la época, y en palabras de Aquinas Ried, gran músico, «era lo mejor que se había escuchado por acá, por la frescura, pureza y calidad del tono, y sobre todo por el trino que nunca he oído nada igual».
Litografía de Sofía Amic-Gazan.
Junto con Amic-Gazan y Pantanelli, otras grandes mujeres consolidaron la escena artística de antaño. Las cantantes internacionales Carlota Patti, Livia Berlendi, Gilda Dalla Rizza, Rosina Storchio, Adelina Padovani, Margarita Salvi, entre otras, elevaron el nivel artístico de las presentaciones.
Margarita Salvi como Rosina en el Barbero de Sevilla en Florencia Italia, 1925. Centro DAE.
Por otra parte, el teatro dramático, que era parte de la programación del Municipal, trajo a grandes exponentes femeninas como la francesa Sarah Bernhardt y las españolas María Guerrero y Margarita Xirgú.
Fotografía de Sarah Bernhardt. 1876. Centro DAE.
En cuanto al ballet, la gran figura en llegar a Chile y en impulsar el gusto por la danza clásica en el país fue Ana Pavlova. La bailarina rusa, inspiradora de la coreografía La muerte del cisne que Michel Fokine habría creado para ella, llegó por primera vez al Municipal en 1917. La prensa de la época la apodó como la Divina o El Cisne y su presencia en nuestro país estimuló a poner el ballet en un lugar primordial entre las artes escénicas.
De ahí hacia adelante es que la danza clásica se vuelve habitual en el Municipal, atrayendo con los años a más figuras femeninas, como la bailarina cubana Alicia Alonso, Irena Milovan y la estrella internacional del ballet de Stuttgart, Marcia Haydeé, musa de John Cranko, llamada en Alemania como la Maria Callas de la danza y posterior directora artística del Ballet de Santiago hasta el año 2020. Que el Municipal de Santiago y Chile hayan contado con Haydeé, una de las bailarinas más importantes en la historia mundial de la danza, es un privilegio y orgullo que posicionó al Teatro a un nivel de excelencia internacional.
Ana Pavlova en “La muerte del Cisne”. CA. 1918. Centro DAE.
Marcia Haydée, 2016. Centro DAE.
Pero no todo es artes escénicas cuando hablamos de fuerza femenina en el Municipal. Desde sus inicios nuestro teatro se ha caracterizado por ser un lugar de encuentro y confluencia entre sociedad y cultura, siendo un lugar habitual de tradiciones y actos republicanos. En este marco, un 8 de enero de 1949, en un acto público en el Teatro Municipal de Santiago, se promulgó la Ley nº 9.292 de sufragio universal, más conocida como el Voto Femenino en Chile.
Gracias al destacado trabajo de la jurista chilena Elena Caffarena, junto con Flor Heredia más la determinación de las mujeres de la época, después de un arduo proceso se logró la firma de ley que autoriza el voto político para la mujer, bajo el gobierno del presidente Gabriel González Videla. Con esto se logró romper con el canon establecido para que por fin las mujeres pudiesen ser escuchadas y decidir sobre qué gobierno o proyecto político las representaría desde ahí en adelante, y nuestro teatro fue testigo de este hito histórico.
Fotografía de la firma de ley del sufragio femenino. Año 1949.
El Municipal, con los años, se ha consolidado como un espacio que impulsa a mujeres y exponentes femeninas en diversos roles. Desde las artes escénicas, grandes artistas chilenas se han presentado en nuestro escenario. Las líricas Sofía del Campo, Rayén Quitral -soprano de origen mapuche-picunche-, Claudia Parada, Nora López, Verónica Villarroel, Cristina Gallardo Domas, Victoria Vergara, entre otras.
Rayén Quitral con vestuario tradicional mapuche, CA 1940. Centro DAE.
Desde la música, la pianista Rosita Renard, Julia Searle, la violonchelista Dobrila Franulic y la compositora Leni Alexander. Y desde la danza está Doreen Young, Malucha Solari, Andree Haas, sólo por mencionar algunas.
Rosita Renard en Nueva York, 1928. Centro DAE.
Hoy por hoy, diversas áreas de administración y producción, como sus talleres de realización escénica, son conformados en gran parte por mujeres. Expertas en cada oficio, ellas, junto a sus compañeros de labores, han sabido llevar la magia visual de los espectáculos y plasmarlos en verdaderas piezas de arte que se pueden apreciar en los decorados y pinturas de escenografías, vestuarios, tocados y maquillaje artístico, entre otros.
Eugenia Ithurralde, técnico teatral en vestuario, confeccionando un tutú en el Taller de Vestuario del Teatro Municipal, 2012. Centro DAE.
También, dentro de las áreas administrativas, hay mujeres desarrollando roles que impulsan el trabajo artístico y colaborativo. Sin ir más lejos, hoy el Teatro Municipal de Santiago tiene por primera vez en su historia a una mujer como Directora General: Carmen Gloria Larenas, ex integrante de la compañía del Ballet de Santiago, periodista y gestora cultural, lleva hoy el rol de estar a la cabeza del Municipal.
Carmen Gloria Larenas en la Sala Principal del Teatro Municipal de Santiago, 2019. Centro DAE.
Dentro de esta historia y en conmemoración a este 8M del año 2022, queremos homenajear a todas las mujeres que han sido parte importante del desarrollo del Teatro Municipal de Santiago. Gracias a su fuerza, talento y determinación han contribuido a la excelencia de sus temporadas artísticas y también a construir momentos históricos que han ocurrido y que seguirán ocurriendo.
Así pues, esperamos que cuando visiten el Teatro Municipal de Santiago y disfruten un nuevo espectáculo, puedan percibir el trabajo y fuerza femenina que albergan estos muros. Además, al momento de ingresar por el acceso principal, en el Foyer de Agustinas, dos grandes mujeres los recibirán: las esculturas de mármol de carrara que representan a las Musas de la Música y de la Lírica, que les darán la bienvenida y en cierto punto les adelantan qué es lo que verán en la sala principal, donde la música, la comedia y el drama confluyen en el escenario.
Escultura de mármol de carrara sobre la “Musa de la Música” CA. 1857. Fotografía de Sebastián Barrante. Centro DAE.