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Claudia Parada: La voz de oro

La soprano chilena más importante del siglo XX, quien es también reconocida internacionalmente, comenzó su carrera en el Teatro Municipal de Santiago hace más de 70 años. Hoy, el Centro de Documentación de las Artes Escénicas del Teatro Municipal de Santiago conserva más de 20 fotografías originales, vestuario y material gráfico perteneciente a Claudia Parada, gracias a la gentil donación de su hermana, Maritza Parada.

Su nombre es Olinfa Parada Allende. Nació en Santiago un 11 de septiembre de 1927. Su madre era Enriqueta Allende y su padre Rafael Parada Suárez, un diplomático de origen boliviano.

A temprana edad mostró interés y habilidades para las artes escénicas, razón por la que se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música, actual Departamento de Música de la Universidad de Chile. Allí comenzó sus estudios de violín, danza y canto con Clara Oyuela, quien la introdujo al mundo de la ópera. Rápidamente se fue desarrollando en este arte y en 1946 fue elegida para estrenar, como cantante solista, Cuatro Canciones para Soprano de Alfonso Letelier, dirigida en aquél entonces por Víctor Tevah. 

Durante 1947 y 1948, la clase de ópera del Conservatorio Nacional, realizó constantes presentaciones y ensayos junto a la Orquesta Sinfónica de Chile. La mayoría de ellas se realizaban en el Teatro Municipal, pero no formaban parte de la programación oficial de ópera, sino que dependían del Instituto de Extensión Musical de la Universidad de Chile. 

Programa de Sala de L’Enfant Prodigue del 6 de junio de 1949, Claudia Parada en el rol de Lía. Esta presentación se realizó con la Orquesta Sinfónica de Chile y el Ballet Nacional Chileno. PS-01927 Centro de Documentación de las Artes Escénicas.

 

Olinfa Parada ya destacaba como alumna, lo que la llevó a realizar su primera presentación oficial de ópera en el Municipal de Santiago. El 25 de septiembre de 1949 interpretó a Charlotte en Werther de Massenet, dirigido por el maestro argentino Enrique Sivieri.

Claudia Parada en el rol de Charlotte en Werther, Programa de Sala de 1949 en el Teatro Municipal de Santiago. PS-01926 Centro DAE.

En esa ocasión, Olinfa Parada llamó la atención del maestro Erich Kleiber, quien la apadrinó y ayudó para el despegue de su carrera internacional. Claudia había demostrado tener un talento innato y era necesario mostrarlo al mundo. Sobre todo en el contexto de posguerra que se vivía en Europa, lo que generaba un florecimiento de las artes, donde las nuevas voces y artistas tenían una oportunidad.

En 1950, junto a la Orquesta Sinfónica de Chile, se presenta con La Bodas de Fígaro, hazaña que repite en 1951 en el Teatro Municipal de Santiago. Ese mismo año presenta La Bohème como una cantante solista, ya fuera de la clase de ópera de Clara Oyuela. Durante ese año se presentó en los principales teatros de Santiago, Montevideo y Lima.

Programa de sala de La Bohème en el Teatro Municipal de Santiago en 1951. Ps-00201 Centro DAE.

 

Con una carrera en despegue, la madre de Claudia estaba convencida del talento de su hija y arregló todo para que pudiera perfeccionarse en Europa.

Llega a Italia, donde toma clases con Elvira Hidalgo, la maestra de María Callas. Recibe la mejor educación con grandes cantantes y maestros, y en 1952 participa de concursos para jóvenes cantantes y algunas pequeñas presentaciones. En ese entonces, Claudia tenía apenas 22 años. En octubre de 1952 hace su debut en Italia en el Teatro Comunale de Cento, interpretando a Floria Tosca en Tosca, de Puccini. Luego de esto realizó giras en ciudades y pueblos por todo el país. De esta manera comenzó a perfilar su carrera como soprano dramática, con interpretaciones impecables en Tosca, La Bohème, Aida y Andrea Chénier. La flexibilidad de su repertorio era algo que se destacaba en su reputación.

En 1957 debutó en el teatro La Scala de Milán con La Fuerza del Destino de Verdi, que la llevó a quedarse en el cuerpo estable de ese teatro. De esta manera, Claudia Parada estableció su vida en Milán. 

Programa de Sala del Centenario del Teatro Municipal de Santiago en 1957 para una presentación de la ópera  Trovador,  el 6 de octubre. En él un anuncio para el público sobre la llegada de Claudia Parada. La celebración del centenario se realizó durante todo el año. PS-0310 Centro DAE.

 

Ese mismo año, como una estrella y con una carrera desarrollada en Italia, Olinfa Parada regresa a Chile en el marco de celebración del Centenario del Teatro Municipal de Santiago. En esa instancia, interpretó sus papeles más reconocidos de soprano dramática: La Bohème, Tosca, Aida y Andrea Chénier. A pesar de que sus interpretaciones fueron de primer nivel, el recibimiento no fue del todo cálido.

Claudia Parada en Don Carlos, como elenco estable del Teatro La Scala. FB-02873 Centro DAE.

Reparto del programa de sala del Centenario del Teatro Municipal de Santiago el 8 de octubre de 1957 para la presentación de Claudia Parada como Mimi en La Bohème. PS-00320 Centro DAE.

Tras su visita en 1957, ocurre el mayor desafío para la soprano chilena: reemplazar a María Callas en Un baile de máscaras de Giuseppe Verdi. Esto significaba sustituir a una cantante de fama mundial, y probablemente la más famosa de todos los tiempos. Claudia desarrolló su carrera en las óperas más importantes del mundo, pero lamentablemente no fue lo suficientemente reconocida ya que era coetánea de artistas brillantes como María Callas, Eileen Farrel, Gabriela Tucci, entre otras, y además, generalmente era solicitada en sustituto de estas artistas.

Otro de sus hitos más importantes fue su debut en el Metropolitan Opera de Nueva York, en 1962, en Un Baile de Máscaras de Verdi, en reemplazo de Leonie Rysanek. Un año más tarde recibe el premio más importante para un cantante lírico en Italia: el Tarda D’Oro.

Fotografía de Claudia Parada junto a Ramón Vinay luego de una presentación de Tosca en el Teatro Municipal de Santiago en 1966. FC-001509 Centro DAE.

Regresó en contadas ocasiones a Chile, ya que como cuerpo estable de La Scala y soprano dramática consagrada, sus giras fueron constantes, al menos hasta 1983. En 1975 regresó al Municipal de Santiago con Norma y Trovador. En este periodo, realizó actuaciones en Europa, Bélgica, Francia, España, Suiza, Alemania, Estados Unidos, Austria, Japón, Egipto, Gran Bretaña, Argentina, Colombia, y Perú, entre otros.

En una penúltima instancia visitó nuestro país, por última vez como soprano dramática. En junio y julio de 1984 interpretó a Amneris en Aida y a Azucena en Trovador; dos roles que sin duda demostraron sus dotes como intérprete.

PRC_0015_260 Recorte de prensa sobre la presentación de Claudia Parada en Aída, 1984 en el Teatro Municipal de Santiago.

La última vez que Claudia Parada regresó, fue como miembro del jurado del Concurso Internacional de Ejecución Musical Dr. Luis Sigall, en Valparaíso. Dedicó los últimos veinticinco años de su vida a la enseñanza del canto lírico y a la difusión de esta disciplina. También fundó la Escuela de Arte Lírico Claudia Parada-Anita Veronessi, ubicada en Santa Cruz de la Sierra en Bolivia, y realizó clases de canto lírico en Cerdeña. 

Si bien vivió casi toda su vida y carrera artística en Italia, siempre se dio a conocer como chilena. Luego de dedicarle más de cuarenta años al canto lírico, Claudia Parada es hoy la soprano más reconocida a nivel internacional que ha tenido nuestro país, y quizás la más recordada durante la segunda mitad del siglo XX. 

Actualmente, nuestro antiguo Salón Azul lleva su nombre, como homenaje a su carrera y agradecimiento por la influencia que tuvo en el arte en Chile y en el Teatro Municipal de Santiago.

 

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