Ópera, Patrimonio

Ramón Vinay | El implacable Otello de Chillán

Ramón Vinay Sepúlveda (1912 – 1996), fue uno de los cantantes líricos más importantes que hayan nacido en tierra chilena. A pesar de haber vivido en Chile sólo hasta los siete años, en ninguna parte del mundo dejó de llamarse chileno y, quizás como una honra a su madre chillaneja, mantuvo su deseo de estar cerca de aquella ciudad toda su vida y también su muerte.

Nació un 31 de agosto de 1912 y a los siete años se radicó en Francia junto a su familia, pues su padre era francés. En 1929 emigró a México, donde comenzó sus estudios líricos con José Pierson y logró su salto a la fama. En este país debutó como Alfonso en la ópera La favorita en 1931, filmó la película Fantasía ranchera y participó en música popular.

Su registro vocal empezó como barítono, actuando en roles como Amonasro (Aída),  Rigoletto, Conde de Luna (Trovador), Scarpia (Tosca), entre otros. De hecho, en aquellos años a Vinay lo anunciaban como “el gran barítono de México”. Luego, por cosas del destino, en una presentación de Cavalleria Rusticana y Pagliacci, uno de sus pares, el tenor José Pulido, comenzó a sentir gran miedo por el aria “La Siciliana” de Cavalleria y no hubo más remedio que Vinay salvara la situación y cantara el aria. Esto marcó el inicio de la ampliación de tesitura: después de tal actuación, debutó como tenor con el rol de Don José (Carmen) y, posteriormente, con el que sería su más famosa interpretación: Otello. Así, comenzó a perfilarse como tenor dramático, gracias a roles como Sansón (Sansón y Dalila), Herodes (Salomé), Canio (Il Pagliacci), Des Grieux (Manon Lescaut), Radamés (Aída), entre otros.

Ramón Vinay cantó en innumerables ocasiones en el Metropolitan Opera House de Nueva York

En la década de 1940 hizo su debut en Estados Unidos, en el rol de Don José,  y se le abrieron las puertas del Metropolitan Opera House de Nueva York, donde cantó por 17 temporadas, entre 1946 y 1966, en 15 roles diferentes y en un total de 169 funciones. Sus más recordadas actuaciones fueron en Otello, Carmen, Aída y Tannhäuser. Tal fue su éxito, que Arturo Toscanini lo escogió para su grabación de Otello para la NBC, la que fue transmitida por radio en diciembre de 1947. El 29 de noviembre de 1948 inauguró la temporada del Metropolitan con Otello, función que fue transmitida por televisión para Nueva York, siendo la primera vez que una ópera se emitía directamente desde el escenario de un teatro. Ese mismo año inauguró la temporada de ópera en La Scala, se presentó en la Arena di Verona y durante años actuó en el Covent Garden y en Salzburgo.

En septiembre de 1948 volvió por primera vez a Chile, para cantar en el Teatro Municipal de Santiago, con gran éxito entre la crítica y los espectadores. Desde entonces volvió a Chile una y otra vez buscando sus raíces y siempre presentándose en el Municipal. Actuó en seis temporadas líricas (1948, 1951, 1952, 1966, 1967, 1969), dejando una gran impresión sobre el escenario que le valió numerosos elogios, siendo incluso homenajeado como jurado en el Festival de Viña del Mar y cónsul honorario en España.

Entre 1952 y 1957 se presentó en el festival de Bayreuth (Alemania), siendo el primer latinoamericano y único chileno en pisar tal escenario. En este festival interpretó como tenor los roles de Parsifal, Siegmund (la Walkiria), Tannhäuser y Tristán; y como barítono en Lohengrin como Telramund. En marzo de 1962 cantó su última función como tenor, representando a Herodes en Salomé, en el Metropolitan Opera House. Así comenzó la tercera y última parte de su carrera como barítono, con 23 roles diferentes.

De estos, siete corresponden a la cuerda de bajo-barítono y son: Dr. Bartolo (El Barbero de Sevilla), Varlaam (Boris Godunov), Bartolo (Bodas de Fígaro), Wotan (El Oro del Rin), El Comendador (Don Giovanni), Pizarro (Fidelio), y el Gran Inquisidor (Don Carlos). Su primer rol como barítono en esta vuelta de tesitura fue Telramund (Lohengrin) y algunos otros fueron Scarpia (Tosca), Yago (Otello), Escamillo (Carmen), Marcello (La Bohéme) y Falstaff.

En 1969, Ramón Vinay decidió retirarse de los escenarios en el Teatro Municipal de Santiago, en una apoteósica función de Otello, en donde Vinay representó los roles de Yago, en el primer y segundo acto y de Otello en el último. Tal función terminó con el público de pie cantando el Himno Nacional de Chile y con Vinay emocionado y agradecido de su país natal.

Despedida de Ramón Vinay

Sin embargo esta no sería su última vinculación con el Municipal, pues ese mismo año la Corporación de Arte Lírico lo contrató como regisseur −director de escena− de las óperas Otello y Carmen; y en 1970 fue nombrado Director Artístico del Teatro Municipal de Santiago, cargo en que sólo estaría un año.

Su profunda cercanía con Chile lo marcó como un artista de renombre y un referente para las artes escénicas nacionales, para la cultura y para los chilenos del siglo XX y de hoy. Vinay murió un 4 de enero de 1996 en México. Sus restos descansan en el Paseo de los Artistas del Cementerio Municipal de Chillán, junto a otro gran artista chileno: Claudio Arrau.


Vinay como Don José (Carmen), Radamés (Aida), Canio (Pagliacci) y Tristán (Tristán e Isolda)

Ramón Vinay fue uno de los principales promotores de un arte lírico cargado al drama, un cantante-actor sobre el escenario, figura que hoy es común, pero que hace sesenta años era una rareza total. Sin duda, su voz fue una de las más importantes de la escena nacional, por su capacidad de ampliar su tesitura e interpretar variados roles con calidad excepcional.

Su más recordado rol, sin duda fue Otello, de la ópera homónima de Verdi. Este papel lo realizó más de 250 veces a lo largo de su carrera y en teatros tan renombrados como el Convent Garden de Londres, el Festival de Salzburgo, la Ópera de Viena, la Gran Opera de Paris, el Teatro Colón de Buenos Aires, el Metropolitan Opera House de Nueva York y finalizando en el Teatro Municipal de Santiago. Dentro de su repertorio destacaron también las óperas Carmen en el rol de Don José y, por supuesto, títulos de Wagner como Tannhäuser, Parsifal y Tristán e Isolda.

 

+MUNICIPAL